22 de febrero de 2011

El magnetismo del ornitorrinco.



No nos extrañó que antes de finalizar su visita, la redactora del diario Hoy nos preguntara por nuestro ornitorrinco. Finalmente le ha servido de inspiración para su columna de opinion (“El día del ornitorrinco”, Diario HOY 19/02/2011).

Este extraño animal sigue causando sorpresa 200 años después de que el primer ejemplar disecado llegara a Europa. Fue George Shaw, conservador auxiliar del Museo de Historia Natural Británico, quién al contemplar por primera vez la piel de un ornitorrinco en 1799 pensó que algún gracioso le estaba gastando una broma.
¿Un animal con pico y patas de pato, piel de topo,  cola de castor y además con dientes? Sospechó de fraude y quiso descoser el ejemplar para ver si lo habían montado a idea para crear una extraña criatura que llamara su atención. Hoy día aún se conservan las marcas de su tijera en la piel original. Los taxidermistas chinos eran famosos por sus falsificaciones de animales imaginarios.
Después de verificar su autenticidad, los científicos seguían atónitos. El problema era su clasificación. En el Sistema Natural propuesto por Linneo no había sitio para tal extravagancia.
Su nombre común en inglés es “platypus” que significa pies planos. Hasta 1884 no se descubrió que ponían huevos. Hubo que inventar un nuevo orden, el de los Monotremas (mamíferos que ponen huevos) para poder clasificarlo.



El ejemplar naturalizado que se encuentra en nuestro Centro llegó a Badajoz desde tierras lejanas en el curso 1884-1885 (según consta en memoria), fue adquirido en la famosa casa E. Verreaux cuya matriz se encontraba en París.




Ornithorhynchus anatinus (Shaw, 1799)

Moneda de 20 céntimos australiana.

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