No nos extrañó que antes de
finalizar su visita, la redactora del diario Hoy nos preguntara por nuestro
ornitorrinco. Finalmente le ha servido de inspiración para su columna de
opinion (“El día del ornitorrinco”, Diario HOY 19/02/2011).
Este extraño animal sigue
causando sorpresa 200 años después de que el primer ejemplar disecado llegara a
Europa. Fue George Shaw, conservador auxiliar del Museo de Historia Natural
Británico, quién al contemplar por primera vez la piel de un ornitorrinco en
1799 pensó que algún gracioso le estaba gastando una broma.
¿Un animal con pico y patas de
pato, piel de topo, cola de castor
y además con dientes? Sospechó de fraude y quiso descoser el ejemplar para ver
si lo habían montado a idea para crear una extraña criatura que llamara su
atención. Hoy día aún se conservan las marcas de su tijera en la piel original.
Los taxidermistas chinos eran famosos por sus falsificaciones de animales
imaginarios.
Después de verificar su
autenticidad, los científicos seguían atónitos. El problema era su
clasificación. En el Sistema Natural propuesto por Linneo no había sitio para
tal extravagancia.
Su nombre común en inglés es
“platypus” que significa pies planos. Hasta 1884 no se descubrió que ponían
huevos. Hubo que inventar un nuevo orden, el de los Monotremas (mamíferos que
ponen huevos) para poder clasificarlo.
El ejemplar naturalizado que se
encuentra en nuestro Centro llegó a Badajoz desde tierras lejanas en el curso
1884-1885 (según consta en memoria), fue adquirido en la famosa casa E.
Verreaux cuya matriz se encontraba en París.
Moneda de 20 céntimos australiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario